No voy a enumerar los numerosísimos errores de este gobierno de incompetentes, sectarios hasta unos niveles nauseabundos, durante esos días de la pandemia. Solo expongo que España y Perú tienen el triste reconocimiento de ser los países que peor han gestionado la crisis sanitaria y económica. En términos como el número de infectado por millón de habitantes, muertes (Hasta este dato nos engañan, puesto que la cifra real es superior a la oficial), sanitarios infectados, caída del PIB, etc. A parte de soportar un confinamiento de lo más largos, sería más bien un arresto domiciliario del mundo.
"De la A a la F por lo que han pasado nuestros ancianos"
Hoy sabemos con los fríos y tristes datos, que la generación de más de 70 años, es la que más se ha contagiado, más ha requerido ingreso en Ucis y han fallecido porcentualmente más. O sea, la generación que vivió la Guerra Civil o padeció sus consecuencias, son los que más han muerto. Estos ancianos españoles pasaron por:ç
A.- Una Guerra Civil, fraticida entre españoles. Incluso hasta de la misma familia, militando en bandos distintos. Tres años de lucha donde murieron compatriotas de los dos bandos y sobre todo en los ajuste de cuentas, detrás de las trincheras en las zonas dominadas por ambos bandos. Estas heridas que ya estaban cicatrizadas. Llegó el Sr. Zapatero, o cómo lo llamo acertadamente Rajoy: "Bobo solemne" y algún otro epíteto que le dedicó el secretario de la OEA. Y a través, de la Ley de memoria histórica; se encargó de reescribir la historia y de hurgar en las cicatrices de la Guerra Civil.
B.- A parte de luchar en el frente y sobrevivir en la retaguardia, donde estos mayores españoles que en mayor medida han sufrido el Covid-19. Sobrevivieron o nacieron durante la época de hambruna posterior a la Guerra. Durante esos años, en la que estaba el país destruido y con escasez de alimentos, que poder llevarse a la boca. Se debe recordar el trigo argentino para salvarnos de la hambruna de los años 40. Solo recordaré alimentos de aquellos días: gatos, lagartos, culebras, bellotas, pan negro (harina sin refinar), especies cinegéticas cogidas con trampas, etc. Mención aparte, es sobrevivir a las enfermedades de entonces. Pongo un ejemplo: el del "cólico miserere" que hemos pasado a la apendiceptomia laparoscopica , de hoy en día.
C.- La emigración de los pueblos a las ciudades y/o al extranjero. Dejando el arado, por falta de oportunidades en busca de mejor vida a la ciudad española o foránea. Los españoles que se iban a Alemania por ejemplo, emigraban con: un precontrato y un informe médico. Nada que ver, con los que llegan ahora a España. Vivían a las afueras de las grandes urbes españolas, trabajando duramente para sobrevivir, incluso con varios trabajos al mismo tiempo. Los que emigraban fuera de territorio patrio a barracones próximos a las fábricas. A parte de añorar su tierra, trabajaban duro ahorrando cada marco franco suizo, etc. Pasando calamidades, puesto que carecían de formación, que suponían con ingenio y ganas de salir adelante. Como al principio cuando iban al supermercado en Alemania, imitando el sonido del animal para comprar la carne en los supermercados. Con el dinero ahorrado, alguno volvieron y prosperaron montando algún negocio. Otros al menos le quedó un suplemento extra, a la mísera pensión de jubilación española.
D.- Habría que resaltar que cualquiera de estos españoles, ha trabajado normalmente más que dicen sus años de cotización; puesto que en muchos años de trabajo no había dinero para cotización social alguna. Solo para sobrevivir estos mismo, sufridos españoles con sus manos curtidas del duro trabajo y sus surcos en la cara, han estado en listas de espera meses, hasta que la administración regional les diera una residencia pública, puesto que privada no se la pueden permitir. Padeciendo los efectos, si ya no pueden valerse por sí mismo y/o necesitan ayuda, al no tener un familiar cerca o no poder atenderlos como sin duda se merecen. Estas residencias públicas de mayores no son gratis; sino que se quedan con un porcentaje de su mísera pensión. Y los meses de espera, hasta que viene el técnico regional a evaluar tu caso y te conceden una modesta ayuda con la Ley de Dependencia. Si quieres quedarte en casa, con la asistencia de algún familiar. Todo esto contrasta, con el alojamiento en hoteles, de nivel para los inmigrantes (migrantes me niego a utilizar) llegados a Canarias. Que no han aportado absolutamente nada al estado español y que contrasta con nuestros mayores, que son los que levantaron España tras la Guerra. A todas luces es injusto. Un inmigrante recién llegado al puerto Arguineguín, con plaza de hotel y comida pagada a costa del erario público y para nuestro mayores listas de espera, para entrar en una residencia o recibir la ayuda de la ley de Dependencia.
E.- Al poco de declarar el Estado de Alarma, Pablo Iglesias se hizo cargo de las residencias de ancianos. Todos sabemos la pésima gestión de la misma, durante los momentos más duros de pandemia. Por cierto en ningún momento visitaron residencia alguna, ni el Sr. Sánchez ni el Sr. Iglesias.
F.- Llegó el Covid-19, en sucesivas oleadas. Los que murieron por el virus de wuham, mayoritariamente mayores de 70 años. Lo hicieron en silencio, solos, se fueron. Como mucho lo acompañaron personal sanitario, no tuvieron esa última despedida de sus seres queridos. Los que murieron, vinieron al mundo con el ruido de la Guerra o el rugido de su estómago implorando alimento. Se fueron quizás escuchando esos aplausos de las veinte horas y el eco de una canción que se repetía machaconamente por la España oficial. Encima cuando fallecieron, iban a un contenedor frigorífico instalado en los hospitales por la Unidad Militar de Emergencia. Nunca salió la foto. La España gubernamental no quería que salgan en televisión los muertos españoles (pero bien, que repetían manipulando, como siempre las fosas americanas). Sus enseres personales que tenían en esos últimos momentos, se introdujeron en una bolsa de basura pequeña, con una pegatina con su nombre. Escenas de película, de otra desgraciada época de la historia de la Humanidad. De esos contenedores frigoríficos, junto con otros cadáveres, partían a horas intempestivas quizás a otra morgue, aún más grande la pista de hielo de Majadahonda. Dantesco final para centenares miles de españoles; muchos de ellos hijos de una absurda Guerra entre españoles. Pero aún deberían hacer, cola para ser incinerados. De esos restos se cogía una muestra simbólica, dentro de una urna y se entregaba, cuando se podía a sus familiares. Los familiares tenían que creerse que esos eran los restos de su familiar querido. Sus enseres personales metidos en una pequeña bolsa de basura, todavía tardarían varios días hasta que el confinamiento lo permitiera, recogerlos.
Por todos los que contrajeron el virus, por los que pasaron por las Ucis y sobre todo, por todos aquellos que murieron, en especial aquellos que vinieron al mundo en La Guerra Civil, quizás la conocieron; pero lo que es seguro es que sufrieron las terribles consecuencias. Por ellos, mi respeto mi gratitud por haber trabajado por esta España que tenemos, que sin duda es mejor que la que ellos conocieron, mi cariño y mi respeto y una oración por sus eternos descanso. Espero que algún día se depuren las responsabilidades oportunas, si las hubiere. Pero el juicio crítico de la historia así lo establezca.
Ahora que ya va terminando la Pandemia, en memoria de las innumerables víctimas del Covid-19.
Artículo escrito por Teodoro Del Valle (Político, RRSS, Comunicación y Articulista en varios diarios digitales más información en https://linktr.ee/TeodoroDelValle