Los judíos coexistieron no siendo aceptados

La convivencia pacifica es un mito historiográfico que hay que desechar

01/07/2021 11:24

La idea de convivencia de las tres culturas en la Península Ibérica durante la Edad Media es un relato historiográfico que se compone de dos visiones antagónicas: la visión tolerante en la cual se expresa la buena convivencia y la versión de la leyenda negra en la cual la violencia que se ejerce contra las minorías es un paradigma de intolerancia.

Esta última imagen de violencia en el mundo ibérico del medievo habría que sumarle la comparativa con otros puntos geográficos en la Europa coetánea. Por ejemplo, Valero Moreno habla de los judíos en la época de Ricardo Corazón de León en la Inglaterra de fines del siglo XII e inicios del XIII donde se comete una ejecución de este grupo religioso acabando con ellos. Por lo que la visión de intolerancia no habría que cinscunscribirla solo a la Península.

Tampoco hay que dejarse llevar por la idea de la convivencia pacifica de las tres culturas. Ya que hubo períodos donde se persiguió a las minorías judías en ambas mayorías religiosas tanto cristianas como musulmanas. Algunos ejemplos de esta persecución es el pogromo de 1391 que se desarrolla en los reinos cristianos que va desde Sevilla como recoge el artículo de Corral Sánchez, los ataques de Jueves Santo bajo el nombre de “matar judíos” que se dan en Girona y en otras partes de la Corona de Aragón o el control de la vida en todos los aspectos en el período califal andalusí.

Antisemitismo

El antisemitismo que surgió en las coronas católicas se debe también a un vacío de poder que hay por las primera Guerra Civil Castellana dentro del marco de la Guerra de los Cien Años. Por lo que había que buscar un chivo expiatorio al cual culparle de casi todos los males como puede ser la peste o la conflictividad interna. Además se va a buscar la idealización del prototipo judío que serían personas con gran influencia económica, por lo que de una parte social se hace el todo. Así se crean los enemigos objetivos contra los que hay que luchar. Será siglos después con el nazismo el ejemplo más claro de esta técnica. Aunque en la época bajomedieval no había la visión de acabar sistemáticamente con este colectivo religioso como si luego tendrá el movimiento nacional- socialista.

Niremberg defiende que la agresión a este pueblo sefardí no era un indicador de intolerancia, sino un aspecto de la cohabitación de mayorías y minorías, ya que habría que entender la violencia como arma de asociación y no solo de destrucción.

Esta idea del historiador estadounidense da cuanto menos para pensar en los procesos integradores de las comunidades mayoritarias y si es cierta esa integración. Porque en la Edad Media se ve que se convive (que no significa aceptación), pero con ciertos momentos de tensión. Estos momentos de tensión van a llegar a su punto álgido con la expulsión de los judíos en 1492 con los Reyes Católicos, produciéndose la diáspora sefardí.