Irene y Pablo han terminado… A la calina habitual, el mosquito tigre del Levante, la hipoacusia por los tapones, y el “Rocío, contar la verdad para seguir viva”, súmenle la ruptura amorosa de la ministra de Igualdad. Es curioso, porque, a pesar de estar hecha de la típica lija misándrica que trata de erosionar los roles de género, a Montero se le ha visto en sus últimas comparecencias la misma cara descompuesta que a una tonadillera de Chipiona a la que acaba de plantar un torero. Quizá, como dicen las empoderaditas quinceañeras con sentido de pertenencia, las políticas de cuota, y las camioneras “rollobollo” que condenan el “amor romántico” en las aulas universitarias: "Se ha disfrazado de amor lo que es control y dominación. El amor romántico es capitalismo y patriarcado”, y este par trincaba entre los dos 180.000 al año. A lo mejor, tanto billete ha funcionado con la cebolleta de Iglesias como el mal de Carnarvon, el Lord inglés que profanó la tumba de Tutankamon con motivaciones pecuniarias y poco después palmó. Quizá el capitalismo desmesurado de los ex de Galapagar ha actuado como ese “mal elemental” que guardaba el sepulcro de Galapagar vengándose de sus profanadores. Moraleja: si tocas una momia faraónica o una feminista podría matarte el mismo moho tóxico.
Aunque la cosa viniera de largo, lo cierto es que el anuncio de la escisión carnal entre Iglesias y la krupskaya del Saturn ocurrió apenas unas semanas después de que esta apareciera en el Sálvame para mostrar su apoyo a Rociito, a la que no conocía de nada, pero usó para promocionar su ley de Libertades Sexuales como a la nueva Barbie LGTB en fase beta, porque no le cuadraban tan pocas clientas: "Rocío Carrasco ha sido muy valiente por cómo revive esas experiencias de violencia que aún son profundamente dolorosas para ella". Aquello provocó que las consultas al teléfono 016 se disparan un 42% en una semana tras la aparición de Rocío Carrasco en televisión hasta alcanzar la friolera de 70 diarias. 70 llamadas diarias al 016 en un país con 24 millones de mujeres. La jodida maldición de Rociíto que casi duplicó la cuenta de resultados de la ministra, ergo, si el trabajo de la ministra lo hace “La Monstrua de las Pastillas”, no tiene demasiado sentido que sigamos pagando a la ministra, aunque, nos quedaríamos sin los consejos de las asesoras de género para aconsejarnos si es mejor comer el “entrecot” o el “nugget de pescado”, qué canciones deberíamos elegir para los preámbulos de un polvete inclusivo y antifascista, o cómo hacer la transición del hombre de torso homérico a los poliamorosos, fetish, swingers, queers, pansexuales o golfxs con principios.
Tras el paso de Rociito por Salvame el teléfono 016 recibió 70 llamadas diarias
Lo cierto es que, se pongan como se pongan las feministas 70 llamadas en toda España es un milagro. Un jodido milagro teniendo en cuenta que más de un tercio de todas las mujeres maltratadas o abusadas de Montero lo cubrieron la mañana de Navidad de 2019 las 16 niñas de Baleares que dejaron la siguiente llamada de Socorro, y 20 como esta, en el teléfono de su monitora: Quiero volver, porfa / Estoy metida en un lío / Me han intentado prostituir / Te dejo, antes de que se enteren…” Como no tenían dinero para salir en prime time, la ministra y el partido socialista crearon un consejo de sabios para decir que la culpa era de la sociedad consumidora de porno, y pactaron transportarlas a la península para cerrarles la boca. ¿Quién sabe si, como dice Carmen Calvo en una charla sobre el “abolicionismo de la prostitución”, para dedicar a “las hijas del Estado a hacer un máster?”.
Sólo hay algo que huela más a fiambre que una feminista encubridora de violaciones de niñas en el poder, y es una feminista encubridora de violaciones de niñas abandonada por el macho ungidor. Y así lo ha empezado ya certificar el boletín Sanchista: “Irene Montero desoyó a fiscales y a jueces que pedían castigar más la explotación sexual”.
En breve, otra más al gallinero del Congreso de las ex del Congreso que a va parecer un banco de tronistas con vello axilar y copa menstrual intermedia del tamaño de una toalla de playa. La ministra de Igualdad futura empresaria de negocios menoreros con una herencia millonaria para arruinarle la vida a su ex marido. Que continúe la maldición de Rociíto.