Mónica García, mujer, madre y médica, nos ha deleitado esta mañana con uno de los eslóganes más infames y demagogos desde que esta madre retiró de su currículo un doctorado que no poseía, pero sí presumía. “¡Viva los impuestos!”, ha dicho con vehemencia en la última rueda de prensa. Su objetivo no era otro que intentar endiablar la gobernanza de Isabel Díaz Ayuso e intentar de alguna forma demostrar que la “malvada” Ayuso no se preocupa de nadie más que de sí misma. ¡Qué horrible destino les depara a los madrileños y a los españoles ante tal villana que quiere rebajar impuestos y recortar gasto público!
Sin embargo, la realidad es otra. Si Mónica García fuera honesta consigo misma y con el resto de ciudadanos españoles, su consigna y eslogan no sería otra que “¡Viva la eficiencia!”. Es increíble la obsesión que tiene la izquierda con asociar más gasto público, más presión fiscal, como un objetivo que hay que alcanzar, cuando los datos demuestran que es absolutamente todo lo contrario. Si la Señora mujer, madre y médica estuviera gestionando una empresa, en cuestión de días la hubiera arruinado. Porque no es cuestión de gastar y exprimir los recursos, es cuestión de ver cuánto puedes conseguir con menos, ser eficiente con los recursos que se te han dado.
"La baja presión fiscal fomenta la creación de empleos, inversión, el ahorro, etc"
Vamos a comparar la Comunidad de Madrid con Cataluña, y no por ser yo catalán, si no porque me parece justo compararla teniendo en cuenta que tienen un PIB parecido, más o menos (como diría nuestra ministra de Hacienda, “Un millón arriba o abajo. Eso no es nah chiqui”). Nos encontramos con Madrid, la segunda comunidad con menor presión fiscal de España, 12,4 puntos por debajo del promedio europeo y 22,4 puntos por debajo de la media española. En contraposición nos encontramos con la comunidad con más presión fiscal de España, Cataluña, 46,9 puntos superior a la madrileña. Uno cabría esperar que fuese Cataluña y no Madrid la que recaudara más dinero, pero no es así. Madrid recauda por habitante un 63,6% más que la media española, a diferencia de Cataluña que solamente recauda un 20% más. ¿Y a qué es debido? A la eficiencia. Gracias a la menor presión fiscal, Madrid consigue que haya solamente un 16,2% de economía sumergida. Y digo “solamente” porque Cataluña tiene un 23%, exactamente lo que es la media española.
También podríamos hablar de que la baja presión fiscal fomenta la creación de empleos, inversión, el ahorro, etc. Pero hoy he venido a hablar de eficiencia. Y es que Mónica García ha acusado en más de una ocasión de dejar abandonados a los servicios públicos básicos: Sanidad y educación. Pero a pesar de que haya menos presión fiscal, y a pesar de que recaude más y podría destinar ese dinero a otros gastos a través de chiringuitos para comprar votos. La realidad es que el gobierno de la Comunidad de Madrid destina en los presupuestos un 56,64% a “Bienes públicos de carácter preferente”, Sanidad (35%), educación (21%) y cultura (0,7%). En cambio, Cataluña solamente dedica el 43,7%. Paradójicamente para la diputada de Mas Madrid, en Madrid se destina un 19,79% de los presupuestos a las “Actuaciones de carácter general”. Es decir, a sueldos a políticos, funcionarios, gastos de administración pública, etc. En cambio, en Cataluña se destina el 32,17% (Para que luego digan eso de “Espanya ens roba”). Y para añadir la guinda del pastel, solo me queda decir que en Madrid, a pesar de haber menos impuestos, tiene una deuda pública de 34.604 millones en 2020. Y en Cataluña la deuda asciende a 80.015 millones (10.425€ por catalán).
¡Viva la eficiencia! Debería de haber dicho Mónica García, mujer, madre y médica si de verdad respetara, fuera honesta y se preocupara por los madrileños. Porque tenemos el ejemplo real de que con menos se puede hacer mucho más sin tener que ahogar a los ciudadanos. Que los impuestos se pueden bajar sin tener que recortar en servicios básicos, solamente hace falta ser más eficiente a la hora de gastar ese dinero. Pero Mónica ni respeta, ni es honesta, ni se preocupa por los madrileños ni españoles.