El genio Morante de La Puebla sienta catedra

La resaca de lo que sucedió ayer en Sevilla sigue vigente a estas horas de la mañana. El genio de la Puebla puso boca bajo el mundo del toreo con una inspiración exquisita con el cuarto de la tarde al que le inventó una faena estratosférica. 

Recibió al toro de rodillas con una ejecución por tijeras, se levanto el de la Puebla para abrir el compás del capote y templarlo a la veronica. Cambio el tercio y llevo el toro al peto de una manera muy singular: brazos cruzados por delante el capote con la parte interior a la vista y cuando llegaba el toro hacia un quite girando para crear un efecto visual muy llamativo; remato la tanda de quites para dejar al toro delante del picador con una media de escándalo. 

Ya con la muleta el de La Puebla sublimó su arte. Unas tandas de naturales de dejar sin respiración con unos remates de genio. Tan cerca se pasaba el toro que en de una le cogió de una manera muy fea. Paro la respiración a la Maestranza, pero todo se quedo en un susto. El cigarrero se levanto y acabo la faena con una estocada arriba, que fue el punto que le robo el rabo de ese Juan Pedro infinitamente por debajo de Morante.

La faena del genio llego a mí de la mano de los maestros de las ondas taurinas de Carrusel Taurino de Radio Andalucía Información. Pero en cuanto, terminó la novillada madrileña retrocedí en la emisión de Toros para poder deleitarme con el arte del de la Puebla

La huelga de cercanías hizo que tuviera que coger el metro por lo que no pude entrar al primer novillo de la tarde venteña, que dicho sea de paso solo destacar la actuación de Alejandro Adame al tercero de López Gibaja. 

Entre en el segundo, me cuentan que no ha valido para nada por lo que mantengo en la oreja el auricular para escuchar qué es lo que pasa en Sevilla. Tenia ganas de sentir Sevilla de nuevo, especialmente porque toreaba Morante y Ortega. 

Efectivamente no me equivoque en mantener mi atención en lo que sucedía en el coso de orillas del Guadalquivir. Juan Ortega volvió a mostrar su poder con el capote y Morante se inspiró he hizo la tarde de la temporada, a espensas de lo que suceda el día de la Hispanidad en Madrid con el cigarrero y los de Alcurrucén.

En fin, que mi cuerpo estaba sentado en la grada del 7 del coso madrileño, pero mi alma estaba imaginado lo que estaba sucediendo a orillas del Guadalquivir. Siempre podré decir que escuche en Las Ventas la FAENA del artista Don José Antonio Morante de la Puebla en La Maestranza. 

¡Larga vida al de La Puebla!