Daniel Luque recibe una barata oreja por el retraso de las mulillas

En el penúltimo festejo de la Feria de Otoño que se ha celebrado este domingo en la Plaza de Toros de Las Ventas, Daniel Luque consiguió una oreja tras una faena de valor con el primero de su lote de Santiago Domecq. El toro fue recibido por Luque a la verónica con el compas abierto y cargando la suerte del lance en la pierna de salida del toro, posiblemente lo mejor que hizo. Luego el de Santiago Domecq desarrolló peligro en el trasteo de muleta porque en los primeros pases el toro descubrió al que portaba el engaño y como no son animales tontos, pues iba a por él. Una estocada en el sitio, pero cambiada y algo desviada hizo que el toro cayera. La petición de la oreja fue minoritaria en un principio, pero las mulillas se hicieron esperar hasta que el presidente regalo la oreja del Santiago Domecq.

Otro momento interesante fue una mujer que se arrancó a cantar nada más empezar la faena de muleta del segundo. Si una mujer se puso a cantar en Las Ventas, claro que los pitos no se hicieron esperar, pero no la amilanaron y ella continuó dando el cante. Los tendidos estaban con la vista en la mujer del 3, no en lo que sucedía en el albero que dicho sea de paso no era gran cosa. Una faena clásica de Miguel Ángel Perera: citar desde los medios al toro, que esta colocado en el burladero del 6, para pasarle por la espalda; luego ya intentos de ligazón pero sin rematar. Salió a saludar tras tímidos aplausos, no fue como los banderilleros de su cuadrilla que tuvieron vergüenza torera y no salieron a saludar tras los pares puestos en el quinto de la tarde.

El Juli escuchó palmas tras la lidia del segundo de su lote, en el que dejó detalles muy interesantes y naturales francamente buenos. No se puede decir lo mismo de la espada, que cada vez va a peor y más salido de la suerte. Irremediablemente esa salida de la suerte hace que la espada no entre y tenga que pasar varias veces hasta que consigue meter los aceros.

Hay que señalar que el gallinero de las Ventas esta perdiendo su ser y hay que plantearse mucho en que se quiere convertir la primera plaza del mundo. Si la corrida es una previa a la sala de fiestas que se monta en los balcones tras caer el último toro o se respeta la seriedad y decencia que debe tener la monumental de la Calle Alcalá 237. Las Ventas no puede ser ni un festival, ni una discoteca, ni un convento, tiene que ser seria, inteligente , crítica y con bulla. No se puede caer en el histrionismo de algún aficionado del 7 o del tendido bajo del 6, pero tampoco puede ser esto una plaza de pueblo con cante, regalo al torero o el silencio de Sevilla.